Luis Castañeda y Patricia Juarez, la pareja burgomaestra
¿Se habrá establecido ya la cogobernabilidad por parejas?
Si Castañeda y su Tenienta Alcalde no están trabajando en pareja, tal como Ollanta Humala con Nadine, aunque sin ser matrimonio, tal parece que lo estuvieran haciendo, lo que significaría que el modelo de "la pareja" ya pegó.
Lo más cercano que antes hubo fue lo de Toledo y Eliane, aunque con la belga manteniendo adecuada distancia. En cambio, anteriormente las esposas estuvieron bien relegadas, y cuando algo se supo de ellas no fue justamente loable. Tales los casos de Pilar Nores y Susana Higuchi, cuyos esposos no las hicieron participar activamente de su trabajo.
Pues bien, en caso de que el populorum ya se hubiera acostumbrado a esta fórmula, y peor aún, que ya lo espere como parte de nuestro folklore político, ¿qué debería esperar a partir del 28 de julio del 2016?
¿Keiko Fujimori compartiendo gobierno con su esposo norteamericano? ¿Alan García haciéndolo con quién? ¿Nadine Heredia seguiría teniendo de "chupe" a su marido, aunque ahora sí formalmente? ¿Daniel Urresti presentaría a su esposa en sociedad? ¿Conoceríamos a la esposa de PPK? ¿César Acuña amistará con su esposa o presentará nueva pareja? ¿El pastor Humberto Lay traería a su lado a su esposa, pastora como él, para compartir labores mundanas? ¿Eliane Karpp tomaría posesión por asalto de un lugar prominente en la alta dirección presidencial? ¿Mi sobrina cogobernaría el país con Marco Arana? ¿El o la presidente (a) de izquierda llevaría a su pareja a compartir el gobierno, con o sin permiso de la cúpula de la alianza?
Todas estas preguntas impertinentes tienen como origen la situación que se respira en el palacio municipal metropolitano de Lima, donde la Juárez abiertamente casi casi es la que toma las decisiones, y que, por lógica deducción, tiene como antecedente la costumbre que parece estar estableciendo la bautizada por Alan García "pareja presidencial" conformada por los tórtolos Ollanta y Nadine, feliz parejita de enamorados que está rayando a nivel mundial con su estilo sui generis de gobierno. Y dado que la nueva pareja municipal no establece los roles compartidos a partir de lazos matrimoniales, habrá que pensar que hay otras razones que también impulsan a la cabeza de los gobiernos políticos a buscar apoyo para su labor directriz en otra persona del sexo opuesto.
No he encontrado otra manera de bautizar a la pareja de la MML que como "pareja burgomaestra" en alusión a la ya establecida calificación de "pareja presidencial", pues no he hallado ninguna aplicación asignable a la alcaldía: "alcaldial" en símil a presidencial, no va. "Alcáldica", "alcaldina", "alcaldiosa" "alcaldera", ninguna acepción existe ni suena apropiada, de modo que lo más cercano a lo que se pretende, terminaría siendo a mi parecer la señalada "pareja burgomaestra". Se aceptan correcciones, don Alan tal vez tenga la precisa.