A la gente parece interesarle un comino lo que arrojan las encuestas. Y si a eso le sumamos la poca importancia que la gente común y corriente le empieza a dar al tema político (en las redes sociales anda más interesada en cosas prosaicas, super lights, intrascendentes, con mayor predominio que nunca de sus asuntos sentimentales), puede estar dándose la situación ideal para un repunte de PPK en el favoritismo del populorum.

Esa figura, si se confirma, puede responder a una gracia divina que viene a darle la mano al gringo, o a una insospechada estrategia del presidente y su gabinete, que en todo caso podría estar siendo dictada o asesorada por alguna persona u organismo internacional de altísima inteligencia.

Sea como sea, si esta especulación tiene asidero, sin duda sería la misma oposición con el fujimorismo al frente y la corrupción en su conjunto, la principal impulsora del resurgimiento de PPK, pues la prédica implacable del caos apocalíptico que ellos vienen ejercitando sin tregua, podría estar llegando a cansar a la ciudadanía no comprometida con sus intenciones. Esto puede sospecharse porque el grupo A/B que generalmente es el más preparado, parece estar firme alrededor del presidente, y su apoyo es importantísimo para las labores del ejecutivo durante este semestre que puede distinguirse por goles tras goles que consiga encajar si todo lo hace bien.

El FA tiene una brillante oportunidad de demostrar su compromiso con el país, apoyando con más ahínco los programas que a su juicio sean beneficiosos. Y el ejecutivo, por su parte, debe dejarse de remilgos para aceptar cualquier apoyo, venga de donde venga. El enemigo está perfectamente definido y hay que enfrentarlo con acciones. De lo que se trata es de ganarse a las otras capas de la ciudadanía, y debe hacerse sin tutías y con cada vez menor resistencia de ellas porque los mayores beneficios tangibles van a ser para las mismas.

Sin embargo no hay que bajar la guardia. La corrupción va a reiniciar sus ataques con todo, pero con tácticas nuevas. Hay que adelantarlos, qué se mueva esa inteligencia de estado que debe servir para cautelar los resultados de los esfuerzos dignos que haga la patria para elevar nuestros estándares nacionales. Nótese que hay voces que se esfuerzan por mantener bajo los reflectores a una Keiko que en verdad no tiene pito que tocar en estos menesteres. Resulta ridículo incorporarla en las encuestas para ver su nivel de aprobación o desaprobación. ¿Qué influencia tiene ella en la marcha de la nación? Se sabe bien que ella, en estrecha colaboración con sus parlamentarios, solo sirve para poner piedras en el camino, de modo que su vigencia no suma absolutamente nada. Es por eso sospechoso ese denodado esfuerzo de gente conocida que no cesa en su intención de otorgarle un protagonismo que en realidad no lo tiene.