#ElPerúQueQueremos

No podemos permitir que la torre se nos desplome

A estas alturas hay que cerrar filas mas que nunca

Publicado: 2017-11-12

Nuestros seleccionados  parecen haberse resentido porque el público no quedó muy satisfecho con la actuación del equipo en Nueva Zelanda. No encontramos razón para ese resentimiento solamente porque los comentarios no han coincidido con la visión del partido que tuvo Gareca. Él, como DT del equipo peruano, cautela que sus jugadores no se alteren en lo más mínimo, y es razonable su proceder. Pero el pueblo si puede manifestar sus inquietudes, sobre todo porque van dirigidas en sentido positivo, es decir, con la preocupación y el entusiasmo de la clasificación.

Hay que hacer todos los esfuerzos para que la unión granítica entre la afición y el seleccionado no se resquebraje en lo más mínimo. La gente, en términos generales, se ha comportado con una conducta y un cariño inconmensurable, haciéndose presente para certificar su apoyo aún en los lugares más alejados del planeta: Allí donde hay un peruano late un corazón con fuerza al unísono con las jugadas de sus ídolos, y aún con la sola presencia de ellos. Es injusto cualquier reclamo para que "los que no sumen, que no resten". Nadie, léase bien, nadie está restando en esta epopeya, todos se han puesto al lado del cañón.

Este miércoles debe cerrarse el larguísimo ciclo con el resultado que lleve a Perú al mundial de Rusia. Para ello es necesario bajar las revoluciones a los temores infundados. En Wellington, en los primeros 15 minutos bien pudimos definir el destino de este repechaje. Fue culpa nuestra permitir que los maoríes tomaran confianza ante nuestra timidez. Nueva Zelanda no es Argentina, con esta es una proeza el empate en su casa, con aquella no. Si Brasil o Alemania enfrentan un encuentro de este tipo, entran a la cancha pisando fuerte, con la seguridad del que se sabe superior. ¿Cómo dice? ¿Qué Perú no es Brasil ni Alemania? Entonces, ¿qué somos....?   

¿Cómo debe jugar Perú? Si Nueva Zelanda corrió bastante allá, acá va intentar hacerlo más. Lo sensato es que el jugador que vea que se le cierra el cerco con jugadores adversarios, en primera y como estrategia pre definida trate de cambiar el balón rápido y lo más lejos posible de su ubicación, a un lugar ocupado por compañeros y casi desierto de rivales. La idea debe ser intentar armar el juego a cada momento, y con la mente y el olfato puestos en las redes neozelandesas. Eso solo se consigue cuando la preocupación no está todo el tiempo dirigida a ver como se hace para salir de la marca pegajosa.

Perú tiene que salir como un aluvión a buscar dos goles, ese tiene que ser el objetivo inicial. Un solo gol no nos asegura nada porque con empate Nueva Zelanda nos eliminaría, lo cual resulta alucinante con  solo imaginarlo. Una vez conseguido el objetivo inicial, bajando las revoluciones pero sin regalar nada, el Perú puede buscar machaconamente el tercero, y si en esa intención nos encuentra el pitazo final sin haberlo conseguido, pero sin haber permitido que nos empaten, la meta se habrá alcanzado: LA CLASIFICACIÓN.

Y es razonable que nos proyectemos a nuestra actuación en Rusia si alcanzamos la clasificación como es nuestra pretensión. Y es razonable también, que en vista de la epopéyica actuación de nuestra selección viniendo desde abajo en el puntaje para pegar una remontada memorable, esperemos que allá nuestro gallardo equipo no se contente con desempeñar un papel de relleno, sino protagónico. Ir a Rusia para realizar una actuación "decorosa" suena a conformismo injustificable. Tampoco es que creamos que vamos a ser campeones del mundo (en verdad si nuestros muchachos nos regalan eso o algo parecido será una sorpresa total), pero queremos una selección luchadora. Y eso, por lo visto en estas clasificatorias de locura, es algo que está perfectamente al alcance de nuestro team.

Y para rematar, y sin que se tome esto como un despecho anticipado, tengo que coincidir raramente con Aldo Mariátegui en el sentido de que si Nueva Zelanda nos elimina será simple y llanamente porque no merecíamos llegar a Rusia. Así de sencillo, así de digerible. Pero, honestamente, ningún peruano cree que este sea el caso.



Escrito por

Julio Andre Checa

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Rigor y monerías

Análisis y comentarios con énfasis en temas políticos, culturales, deportivos y del día a día.