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Nuestra corrupta sociedad ha agarrado de piñata a PPK

Deshonesta, indigna, cínica e hipócrita cree tener autoridad para censurarlo, condenarlo y vacarlo 

Publicado: 2018-01-14

No creo ni remotamente que PPK sea un dechado de virtudes, pero me enerva y me indigna que una sociedad como la nuestra se le aviente encima acusándolo de haber mentido a la nación, de haber hecho negocios ilícitos abusando de su poder político, de ser un lobista cuyo único fin es el enriquecimiento frío y calculador, y mil cosas más que presenta en inventario con acomedido detalle y fruición.

Es decir, lo acusa de hacer exactamente lo que la gran mayoría de sus miembros haría si estuviera en su caso y con toda seguridad con bastante menos pudor. Eso se llama en nuestro argot popular "manejarse tremenda concha". Pues cualquier incauto que mira todo lo que pasa en el Perú, desde una perspectiva más o menos lejana y neutral, pensaría que nuestra gente "decente y bien intencionada" no se merece un gobierno tan alejado de la buena conducta y buenas prácticas que adorna a nuestra sociedad......¡¡Fuiiiira de acá!!!

PPK es ante todo un viejo zoquete que no tiene la culpa de poseer una idiosincrasia muy distinta a la del común de los peruanos. Me imagino que será cuestión de crianza y hábitos, pero el hombre no está hecho para lidiar con los monstruos sueltos en plaza y tampoco cuenta con asesores que se distingan por ser, por lo menos, "moscas", porque para el entorno nacional están exhibiéndose como verdaderos "mamertos" a los que se los comen con zapatos y todo.

Lo peor de todo es que PPK sigue con su ritmo en un andar cansino para un  medio tan zafio como el nuestro. Y esa capacidad de "político" que le exige la tribuna popular significa que debe ser "vivo", respondón, carajero y todo aquello que en un país como el nuestro sirve para consagrarse, como aquellos que hasta mentan la madre para demostrar cuan políticos son. ¡Ah, Hs d P !

Si miramos nuestro escenario con frialdad, podemos concluir sin motivo para ruborizarnos, que PPK ni tiene antecedentes de recomendar que "no seas cojudo, la plata llega sola", ni le ha metido alguna patada en el culo a algún modesto poblador por hacerle sombra en alguna marcha, ni ha declarado alguna vez que "no es un caído del palto", ni se le conoce haber matado o mandado matar a alguien, ni haber buscado testaferros para efectuar tareas ilegales, es decir, nada de lo que ha sido costumbre en nuestros anteriores mandatarios. ¿Entonces por qué ese afán de hacerlo picadillo? Adivina, Gervasio.

La llamada izquierda participa con singular brío en este intento de desestabilizar al gobierno solamente por intereses subalternos. Cómo siempre ya se han sacado los ojos entre si, el hambre por el poder es infinito entre los "misios" que se han pasado la vida pateando latas. Estos, y los del otro lado también, no saben demostrar méritos para destacar porque no los tienen, para ellos sus créditos consisten en desacreditar a los demás. Yo haría un simple test para demostrar que no tienen la menor capacidad para administrar nada: simplemente propondría a los interesados en cargos altos ejecutivos que usen sus ideas y sus relaciones para organizar algo tan sencillo como un almuerzo o un lonche para unas cien personas, buscando local, proveedores de insumos y productos terminados, muebles, vajillas, animación, etc., etc. Viendo los resultados de sus gestiones podríamos calificarlos, con toda seguridad, porque aunque quisieran sacar la vuelta y encargar por aquí y por allá, lo que natura no da Salamanca no crea.

También toda la caterva de opinólogos, políticos, periodistas, comentaristas, comunicadores, etc. que solo hablan sandeces porque tampoco saben donde están parados, pueden ser sometidos a tests similares para que se den cuenta de que una cosa es con guitarra y otra con cajón. Criticar es fácil, idear formas de superar las crisis ya es algo más dificil y tener capacidad para dirigir las acciones que van a permitir superarlas, eso ya es propio de los verdaderos líderes que merecen el apoyo popular. En el Perú, ¿donde están estos últimos?

¡Ah! Pero por si acaso yo tampoco me creo libre de polvo y paja, como decía Jorge del Castillo. Tengo tantos anticuchos como cualquiera de mis compatriotas, pero me jacto de poseer algo que me hace distinto: El poco pudor que me queda me lo reservo para no sumarme a la grita de los que piden en el circo romano la cabeza del gladiador de turno, salvo que se trate de su propia persona o de su recomendado. Tengo muy claro que pertenezco a una sociedad que no acata nada, que hace mierda todas las disposiciones legales, que sentencia a los demás sin juicio legal de por medio, y que por lo tanto no encuentro razonable pedir un comportamiento impecable en nuestras autoridades cuando ellos son producto de la misma sociedad. Entonces, ¿de donde pecata mea?


Escrito por

Julio Andre Checa

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Rigor y monerías

Análisis y comentarios con énfasis en temas políticos, culturales, deportivos y del día a día.