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La vacancia es inviable

Este acto congresal solo puede ser utilizado con la máxima responsabilidad

Publicado: 2018-02-16

La figura de la vacancia presidencial ha sido y sigue siendo manoseada sin pudor alguno por un congreso que busca fieramente un motivo sin que haya un norte definido respecto a la razón verdadera de la misma. Se han mezclado argumentos de todo tipo y calibre para pretender su aplicación, dejando entrever que el motivo único y elemental es politiquero, que no político.

Lo que sostienen los que fungen de portavoces de los grupos parlamentarios que están involucrados en este afán desmedido y, en el fondo, sin fundamento, es que el presidente ha mentido, es lobista, es corrupto, usó en tiempo pasado su condición de ministro para hacer negocios inmorales en su favor, ha indultado a un presidente condenado por delitos graves, está acusado de intervenir en las coimas propiciadas por el grupo Odebrecht, es incompetente, falto de liderazgo, ocioso y desidioso, ha incumplido sus promesas electorales, debe renunciar para evitarle a este congreso la responsabilidad futura de una vacancia que va a traer una cola inmensa y permanente.

Todos los antecedentes que se le achacan al presidente no alcanzan ni de lejos a las críticas y acusaciones que mantuvieron en su momento presidentes como Fujimori, Alan García, Toledo y Humala. Pero ha bastado tener una mayoría variopinta e irresponsable cual ninguna, para enclavar en el debate permanente el tema de la vacancia.

Lo real y lo que este congreso de actuar ridículo, infantil e informal no toma en cuenta, y claro, contando con el apoyo y la grita de la caterva de irresponsables que abogan por la vacancia, es que tan pronto esta vacancia se concrete, el poder que adquiere el Congreso será de tal magnitud que en el futuro el Ejecutivo tendrá que ser un poder genuflexo ante cualquier parlamento, pues sobre su cabeza penderá para siempre la espada de Damocles de la vacancia.

Esto es absurdo, nunca más se podrá gobernar en nuestra patria y el lumpen que medra entre las sombras dentro de la sociedad peruana, agazapado y organizando permanentemente el desgobierno, habrá adquirido carta de ciudadanía para hacer sus cosas abiertamente. La doctrina Montesinos se habrá entronizado entre nosotros.

Las causas para la vacancia son netamente visibles e identificables: imposibilidad física para gobernar, descalificación probada por incapacidad mental o moral a través de juicio debidamente realizado y concluido, traición a la patria y otros hechos concretos acusados y sentenciados por los poderes legislativo y judicial en forma conjunta, y con el visto bueno del Tribunal Constitucional. 

En la situación actual se hace necesario que el Tribunal Constitucional manifieste su opinión sobre la intención del Legislativo, y declare sin rodeos si la misma es merecedora de la disolución del Parlamento, para que recomiende al Ejecutivo tomar ese camino si encuentra fundamento y legislación en que apoyar esa medida extrema de salvaguarda del orden público y del futuro del gobierno del Perú.


Escrito por

Julio Andre Checa

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Rigor y monerías

Análisis y comentarios con énfasis en temas políticos, culturales, deportivos y del día a día.