El Perú ha participado en cuatro mundiales de fútbol, la primera vez como invitado y las siguientes veces por derecho de clasificación. Esta será su quinta participación. Para nosotros lo mejor sería aquello de no hay quinto malo.

Pero lo que queremos señalar es lo siguiente: Invitado o no, en todas las oportunidades en las que asistió el Perú, el equipo campeón jugó contra nosotros. Veamos, en Uruguay 1930 jugamos contra el que fue el campeón, Uruguay, perdiendo por 1 a 0.

En México 70 jugamos contra el que fue el campeón, Brasil, perdiendo por 4 a 2.

En Argentina 78 jugamos contra el que fue el campeón, Argentina, perdiendo por 6 a 0 (en partido de triste recordación).

En España 82 jugamos contra el que fue el campeón, Italia, empatando 1 a 1.

Es decir, de cuatro veces, cuatro. O sea siempre. Siempre que fuimos a un mundial, aquel equipo que campeonó tuvo que enfrentarse si o si con nosotros.

Si se mantiene este extraño postulado, es decir, equipo que campeone cuando Perú asiste a la etapa final de un mundial, tiene necesariamente que haberse enfrentado al equipo peruano ya saben  los entrenadores extranjeros cual es el primer requisito para poder campeonar. En primera ronda no importa el resultado, pero en adelante si quiere ser el campeón tiene que derrotar a la gallarda escuadra blanquirroja. 

¿Es pura superstición? Quizá, pero ojito ojito. Las cuatro veces siempre fue así, es decir se dio el caso en el 100% de las participaciones peruanas. Si no quieren sentirse presionados, olvídenlo, pero si quieren campeonar, ¡recuérdenlo!