#ElPerúQueQueremos

Si, Davelouis, así es

Pero eso ya era notorio desde hace muchos años

Publicado: 2018-04-19

En el diario Perú21 del día de ayer miércoles 18 de abril, en su columna diaria Davelouis concluye en que los congresistas peruanos no son seres de otra dimensión (por ejemplo no son marcianos, por situar su origen en un planeta muy próximo al nuestro, ni intergalácticos para ubicarlo en un lugar ultra lejano). En que salieron de nuestro barrio o uno similar, de nuestro colegio o universidad. Es decir, son tranquilamente de los nuestros (o sea, bien peruanos, peruanazos)

Y nos llena de argumentos para convencernos (o por lo menos a los que aún no están convencidos) de que son igualitos a nosotros, como quien dice hechos a nuestra medida e imagen. Si, Davelouis, así es. Pero no me digas que recién haces este descubrimiento. Eso no es posible porque mirándolos y escuchándolos vemos prototipos similares a nuestros amigos, a nuestros parientes, e hipocresías al margen, a nosotros mismos. Y esto no es de ahora, de ahorita, en que Fuerza Popular es el partido que nos representa por excelencia, en que el Apra encoge nuestro corazoncito norteño  por su declive final, en que por allí andan el Vitucho, el perro de chacra, el imbecerril, las letonas y bartras, los pedacitos de izquierdas tan leales a su tradición de disgregarse en izquierditas no izquierdizadas, etc., sino que ya vino gestándose después que el gran patriarca Alberto Fujimori decidiera que no necesitamos partidos porque nunca terminan enteros.

Luego Davelouis nos empacha con ejemplos de actuación de nuestros prójimos que no nos pueden dejar dudas de la similitud de nuestros congresistas con nosotros mismos. Con razón todas las ponencias descabelladas que ellos hacen (y las más descabelladas también) son seguidas con pasión boquiabiértica por los integrantes de nuestra gran nación, que somos nosotros. Y como si fuera poco, cuentan con las cajas de resonancia que son nuestros diarios, nuestra radio y nuestra televisión, lo que demuestra sin lugar a dudas que en este sector tenemos el mejor proveedor de congresistas del futuro, en fiera competencia con los informales, con los emergentes, con los iletrados (que no es título honorífico), con las mafias, y...¡cómo no!...con los choferes del servicio público que aún no debutan oficialmente pero que representan la mayor reserva con que cuenta nuestro futuro congreso.

La preparación congresal empieza en casa. Mamá y papá ya dan los primeros consejos a los futuros padres y madres de la patria, cuyo primer mandamiento es no ser cojudos. Luego la calle se ocupa de completar nuestra educación e incorporación en nuestro léxico de una riquísima terminología que en el futuro representará lo que antaño significaban los refranes: ser moscas, meter cabeza, la yuca, pa´coj... los bomberos, saca la vuelta, miente miente que algo queda, tira dedo, solapa pata, solapa, pendejo, cutra, dame la mía, como es, a ese hay que darle vuelta, ojito ojito, ta´que eres quedao, firme que yo la hago, que tal faenón, mira lo que me encontré, chapa y no mires atrás, yo me la levanto, lo hice cholito, no seas ahuevao, qué tal lorna, ese es pavo, y un montón de etcéteras. 

Pero la calle también sirve para aprender a defendernos. Si eres recto, si eres honesto, tienes que tener barrio, calle y esquina de todas mangas porque si no te comen con zapatos y todo. Qué los hay, claro que los hay. Pero esos no se meten en actividades congresales ni políticas en general. Su buena reputación no se los permite porque si no terminan perdiendo la RE. Y lo más triste es que son muy pocos, tanto así que ni siquiera digo somos muy pocos  porque así como están las cosas ni yo mismo se a que grupo pertenezco. 

Más hay un agregado que yo me atrevo a agregar, valga la redundancia. Tenemos en nuestra agenda diaria a una familia de apellido japonés que ha conseguido introducirse en nuestra informalidad para hacerla más informal. Y eso lo ha conseguido en base a su extraña cultura que incorpora desde tiempos remotos psicología y filosofía propias que se han institucionalizado en una idiosincrasia tan especial que perfectamente podría calzar con la de los extraterrestres de otras dimensiones de que habla Lucho. Es que ciertamente la manera de ver las cosas que tienen los descendientes de los hijos del sol naciente, tranquilamente podrían coincidir con la del marciano o ejemplar parecido.

¿Cómo han conseguido posicionarse tan ventajosamente en nuestra política? Misterio insondable propio de una cultura también especial como la nuestra. Tal vez en algún lugar remoto del cosmos en alguna vez formaron parte de una misma, quien sabe. Pero sus arrebatos no pueden ser explicados con nuestra manera occidental de calibrar lo que es moral y lo que no. Atacar Iwo Jima y en pleno hundimiento de la flota norteamericana declarar la guerra responde a valores que para ellos son muy notables. Tener a un asesor como Montesinos está en la misma línea. Y ahora último, y plegándonos a lo que sostiene el diario UNO, Kenji usando a PPK para sacar a su papy de prisión y Keiko obligando a patadas a PPK a retirarse de la presidencia también encaja en esa postura. Y, por supuesto, la idea de crear un enfrentamiento ficticio entre los hermanitos, con insultos y todo (para que parezca verdad) y juntarlos más tarde para tentar la presidencia por tercera vez, poniendo en juego todos sus tentáculos y mañas con el fin de que a la tercera sea la vencida, redondea tentadoramente una teoría que invita a abrazarla.

Sofocleto decía el Perú es un país que solo existe en la imaginación. Y claro, la deducción es que algo así no puede existir. Pero sin embargo existe (Eppur si muove) y lo más llamativo es que supera a lo que la imaginación puede imaginar.



Escrito por

Julio Andre Checa

Cambiar es lo que necesitamos con urgencia. Aceptemos el cambio apoyándolo y promoviéndolo. Poco o mucho, como corresponda, pero cambiemos


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Rigor y monerías

Análisis y comentarios con énfasis en temas políticos, culturales, deportivos y del día a día.