El peruano más conocido y admirado en el mundo
Su hazaña retumbó en su época en todo el planeta
JORGE ANTONIO CHÁVEZ DARTNELL (París, Francia; 13 de junio de 1887 - Domodossola, Italia; 27 de septiembre de 1910) fue un aviador peruano cuya vida fue breve pero prodigiosa. Solo vivió 23 años pero fue suficiente para dejar una estela imborrable en los anales de la historia del progreso humano.
Nació en Francia pero fue inscrito como peruano en el consulado del Perú en Paris, por sus padres el banquero peruano Manuel Chávez Moreyra (+1908) y María Rosa Ramona Dartnell Guisse (+1903), nieta del almirante Martín Guisse, marino británico veterano de Trafalgar y fundador de la Marina de Guerra del Perú. Por lo tanto, a la muerte de Jorge Chávez acaecida en 1910, él ya era huérfano de padre y madre. Pero con tremendos antecedentes familiares no debe llamar la atención la elección que hizo el destino en su persona para hacerla brillar en el firmamento mundial.
Sus estudios superiores los hizo en la Ecole Violet donde se graduó como ingeniero en 1910, el mismo año de su muerte. Ese 1910 tuvo una significación increíble en la historia de nuestro gran héroe mundial.
En su juventud había destacado en muchos deportes, atletismo, fútbol, rugby, ciclismo, automovilismo y tiro. A través de amigos prestigiosos llegó a interesarse en la naciente aviación mundial que estaba haciendo sus primeros pininos. Los modelos de aviones parecían esqueletos con alas acopladas y el motor a la vista, casi como los cometas de papel que fabricábamos en nuestra niñez y a los que se bautizaba como avioncito.
Se matriculó en una academia para aprender vuelo y consiguió su licencia de piloto con el N· 32. Su primer vuelo en Reims lo hizo el 25 de febrero de 1910, manteniéndose en el aire por una hora y cuarentidós minutos. Nótese todo lo logrado por este varón excepcional en el cortísimo periodo de siete meses (!). Es evidente que la cita con el destino era de carácter urgente, porque todo se desarrolló entre el 25 de febrero y el 27 de setiembre de ese glorioso y a la vez aciago año.
Después de Reims participó en varias competencias aéreas, siempre ocupando los dos primeros lugares en Biarritz, Niza, Lyon, Budapest, Rouen y Champagne. En julio del mismo año se decidió por el monoplaza Blériot, y llegó a batir el récord mundial de altura con 2,652 metros.
En setiembre acudió a su cita con la gloria en una competencia para atravesar por vez primera los Alpes. Fueron tres los competidores, pero el único que pudo cumplir con el circuito fue Jorge Chávez. Despegó en Ried-Breg, Suiza, y antes de partir declaró "Pase lo que pase, me encontrarán al otro lado de los Alpes". 51 minutos después llegó a Domodossola, Italia, pero durante el aterrizaje, a veinte metros de altura se rompieron las alas de su monoplano y cayó en picada.
Herido fue conducido al hospital local, sin perder la conciencia durante los cuatro días de su agonía, pero por las limitaciones de la medicina de aquel entonces no le permitieron salvar la vida.
La hazaña de Chávez tuvo ribetes de suceso mundial. Con su portentosa hazaña nuestro Perú ingresó por la puerta grande a la historia de la aviacíón mundial, y eso para siempre ha significado que nuestra propia aviación se bautizó a muy temprana edad, lo que nos otorga un lugar especial en esta actividad tan preponderante en el desarrollo de la humanidad. El mundo entero se rindió a la grandeza de Jorge Chávez, y el Perú debe rescatar todos los paradigmas de su ejemplar vida para que nuestra juventud se nutra de aquellos valores que le dan sentido al ser humano durante su tránsito por la tierra.
(Todas las citas históricas han sido tomadas de Wikipedia para condensarlas en este retrato de reconocimiento al gran héroe peruano)