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redacción médica        

Mercedes Aráoz pide igualdad de remuneraciones y tiene razón, ¡claro que tiene razón!

Nada justifica que, a trabajos iguales, al hombre le paguen más

Publicado: 2018-08-12

Hace décadas que el hombre dejó de ser el único sostén económico del hogar. En aquello tiempos los paradigmas eran totalmente distintos, y hasta las faenas de hombres y mujeres casi se señalaban de manera discriminatoria. 

A estas alturas lo único que podría señalar remuneraciones más altas para los varones sería la productividad cuando se refiera a trabajos en los que la fuerza cumpla un papel fundamental. Pero hasta esto ha quedado casi totalmente descartado debido a la proliferación de herramientas adecuadas para las faenas que exijan gran desgaste físico por necesidad del empleo de la fuerza bruta.

En este contexto ya no tiene ninguna razón ni sustento alguno para encontrar desnivel en remuneraciones hombre-mujer con privilegios para el sexo masculino. La atención y los resultados que se obtienen de una consulta médica no tiene nada que ver con el sexo del médico. En todo caso lo único que puede establecer una diferencia es el talento del galeno. Y lo mismo pasa en cualquier oficio, no hay desmedro alguno en el producto que vende un vendedor o una vendedora. Más aún, en algunas labores como por ejemplo en la higiene y limpieza de los locales podría resultar más productiva la tarea femenina. 

En el campo de la preparación de alimentos cocinados, gastronomía, hay cocineros y cocineras de gran rendimiento en calidad y producción. Los sueldos irán de acuerdo con la demanda que cada cual consiga. En los trabajos de oficina es aún más nivelada la producción de hombres y mujeres porque las labores se han estandarizado hasta la mecanización y el empleo de instrumentos de uso común.

En las fuerzas armadas y la policía la homologación remunerativa es tal vez más igualitaria y democrática que en ninguna otra rama de la actividad humana, puesto que teniente es teniente y capitán es capitán, sea hombre o mujer.

En general, son pocas las actividades en las cuales se puede justificar una diferencia salarial en razón del sexo. Un producto X va a tener el mismo sabor venga de manos de un hombre o una mujer, y va a ser igual de bonito cuando llega a manos del consumidor (referido al mismo producto).

De manera que tiene toda la razón la señora Mercedes Aráoz. Ya es tiempo que se señale este asunto sin taxativa alguna en la constitución, y que todos los ciudadanos coincidamos en hacer cumplir algo tan obvio como ésto. Pensar en sentido contrario, privilegiando a los varones, es simplemente ser machista. Reclamar que lo mismo tiene que defenderse cuando el favorecido sea el sexo femenino no viene al caso, porque eso no es lo que sucede en la vida real, y si hay algún caso así, habría que investigar a qué se debe esta situación, pues sugiere algo no muy santo.


Escrito por

Julio Andre Checa

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Rigor y monerías

Análisis y comentarios con énfasis en temas políticos, culturales, deportivos y del día a día.