Un círculo vicioso, en el sentido literal de la expresión, es el que viene manejando la cosa pública en nuestro país, desde hace ya varios años, y esto es insufrible e insoportable. Desde lejos debe mirarse nuestra situación con mucha atención, por singular y aleccionadora. Aleccionadora para aprender de ella y no permitir en ninguna otra región del planeta que se replique lo que aquí sucede.

Un partido político que más parece mascarada de proa, ha actuado teniendo por varios años a su fundador como preso por delitos acreditados con la aprobación de todos los estamentos judiciales del mundo donde se conoció este caso. Su hija, heredera de la jefatura del partido y postulante vitalicia a la presidencia de la república, ahora también está detenida y ya probó la ignominia del enmarrocamiento propio de los delincuentes. Los asesores y ejecutivos del partido están sufriendo persecución legal por actos calificados como criminales, y sin embargo el único grupo activo que tiene una mayoría en el congreso, sigue manejando los hilos de la política interna a su peor entender (puesto que para ellos está vedado el mejor entender en tanto que ello se encuentra más allá de su capacidad de entendimiento). 

Es decir, en buen cristiano el partido considerado mafioso, con el apoyo de unos cuantos ajenos que también cojean del mismo pie, es el que está manejando la república, no obstante que el presidente viene haciendo malabar y medio para ver como consigue reducir al sector oscuro de la sociedad, para permitir que la luz del bien se vuelva a abrir paso en nuestra patria.

En este escenario no podemos tener duda que la limpieza se va a hacer en el Perú más temprano que tarde, y que de la gran caterva de impresentables que se ha arrogado el monopolio del poder, unos empezarán pronto a huir como huyen las ratas cuando la nave empieza a hundirse y otros llenarán las celdas de nuestras cárceles. Simultáneamente o un poquito antes, el colectivo soberano empezará a desperezarse para tomar su lugar en el puesto que su honor y gallardía le habrán de conferir.