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Donde está el quid del asunto

Demostración evidente del espacio tiempo histórico

Publicado: 2018-11-18

Cuando tomó auge la corrupción de Odebrecht mediante el pago de sobornos, la cosa no ofrecía tantas dificultades como ahora resulta evidente. ¿Por qué? Porque el sistema de pago de coimas era moneda del diario y todavía no había saltado la liebre. El problema comienza cuando la justicia brasileña destapa la caja de pandora y todos los conejos saltan a la palestra.

Los capos en las diferentes latitudes tenían sus propias medidas de seguridad para pasar piola frente a cualquier denuncia ordinaria, total las denuncias eran pan de todos los día, y aunque tenían indudable fundamento, la gente entendía que así se jugaban los partidos. Total, "no importa que robe si hace obra".

Pero cuando el capo de moda era algún personaje con ínfulas de pavo real, las medidas de protección con que se cubría eran estudiadas escrupulosamente para evitar futuras sorpresas desagradables: todo está perfectamente documentado, aprobado y en orden, ¿Qué cosa? ¿El rey iba a ser descubierto en su juego sucio?  ¡No! ¡Muy bien, aplausos!

Y claro, quien iba a imaginar que lo habitual iba a tropezar en el camino con un escándalo tan potente que rompería con todo lo que ya se había establecido casi como un dogma del buen robar público. Pues bien, pasó y ahora estamos viendo como el huracán sigue su marcha y no hay indicios de que se vaya a detener. Y por más que se cuidaron hasta los detalles más nimios algunos cabos quedaron sueltos y desde allí se está enrrollando el gran madejón. 

¿Se aprendió la lección? Manan primo, manan. Ahorita mismo siguen cobrando coimas por aquí y por allá. Habrán morigerado las magnitudes pero no han podido desprenderse de ese hábito pernicioso. Y no es porque no quieran sino porque no pueden. Tienen muchas deudas originadas en lo que apostaron para llegar al reparto de los billetes y además gran parte de sus prepuestos ordinarios cuenta con esos "ingresos adicionales de origen especial" que les permiten cubrirlos.

La corrupción para reducirse tiene que contar con dos frentes de combate, el de la justicia que con su lucha desaliente a seguir con esos procedimientos prohibidos y la voluntad férrea que asuman aquellos que decidan ajustar sus presupuestos a su propia realidad de origen legal para evitar los perjuicios que le traerán a él y a su familia las malas prácticas financieras.


Escrito por

Julio Andre Checa

Cambiar es lo que necesitamos con urgencia. Aceptemos el cambio apoyándolo y promoviéndolo. Poco o mucho, como corresponda, pero cambiemos


Publicado en

Rigor y monerías

Análisis y comentarios con énfasis en temas políticos, culturales, deportivos y del día a día.