Hay que investigar la razón por la cual la República Argentina proclama ser la cuna de Lionel Messi, cuando todos sabemos (o, bueno pues, sospechamos) que él llegó del destruido planeta Kripton, cuando era chiquito. ¿Cómo? ¿Qué no creció mucho? Efectivamente, y tal vez eso se debe en algo al largo viaje que tuvo que hacer en su cápsula espacial. Se sospecha que fue hijo en su planeta natal de un hermano de Jor El, el padre de Superman, el firme. Este último debe haber viajado al infinito, porque hace mucho tiempo que ya no se oye de él. Pero ha quedado su primo hermano Lionel para dar testimonio de los poderes sobrenaturales que tuvieron los hijos de Kripton, y que por lo visto se manifiestan de diversas maneras: Superman era inmune a las balas y volaba cargando autos, mientras que Lionel se puso más al servicio de la humanidad deportiva, haciendo en las canchas algo que nadie más que él puede hacer.

Así como Superman el firme llegó a ser hijo adoptivo de los Kent, Lionel de alguna manera debe haber sido adoptado por los Messi. El hecho es que pasa piola como terrestre aunque hace cosas que los terrestres no pueden, por más que un tal Cristiano Ronaldo se haya empecinado en igualarlo. El otro día no más, o sea ayercito, Lionel decidió mostrarse un poco más kriptoniano y se tiró todo el Barza al hombro e hizo de todo lo que alguna vez hicieron los jugadores más reputados, aunque él hizo la de todos juntos. No le alcanzó el time para cuadrarse debajo de los tres palos, pero seguro nos tiene reservada esa sorpresa para cualquier momento. ¡Guarda Lionel con lo que haces! ¡No se te vaya a ocurrir patear un tiro libre desde tu área y metas gol! Oye chato, ¡qué bárbaro! ¡Qué tal golazo que soltaste ayer, algo nunca visto!

Da la impresión que te encojonaste y dijiste "bueno pues, vamos a poner las cosas en su sitio y que los calichines se ubiquen, que no sean igualados"  Y empezaste a romperla en toda la cancha, te corrías de punta a punta, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha  (parecías político comodín), regalabas pases preciosos, recibías la bola con el pecho y con ella te metías al arco, guapeabas a todo el mundo saliéndote de tu libreto, como si fuera tu intención dejar bien en claro cual iba a ser el equipo ganador, y en forma categórica, a pesar de que el rival no bajó la guardia nunca. Y cuando llegó el momento del tiro libre, no obstante que tus compañeros murmuraban "el chato se loqueó, como se le ocurre que desde aquí la va a meter", él colocó la pelota, volteó hacia ellos y cuadrándolos les dijo, "después del disparo hablen". Después del disparo no hablaron nada, se le tiraron encima en cargamontón y si no fuera por su origen kriptoniano lo que hubiera quedado habría sido tortilla de messi. 

Haciendo de pitoniso, se me ocurre que don Lionel Messi, ya cansado con aquello de que no ganó ningún título mundial con  su equipo de Argentina, ha querido empezar a entrenar a fondo para soportar todo el peso de los partidos, y conformarse con lo que buenamente puedan colaborar los demás. Porque en verdad es el colmo que al Super Messi  se le exija algo que otros grandes jugadores del mundo no consiguieron en su momento, como Cruyff, Eusebio, Platini, Di Stéfano, y otros. 

Si el Super Messi inicia una nueva etapa en la cual su entrega sea total y hasta arriesgada, vamos a ver a un jugador de polendas, del futbol arte en su máxima expresión, sumando más puntos en un trajín agotador por toda la cancha, como tapando la boca al mundo entero y desafiándolo en un resentido pero corajudo "¡¡Qué más quieren de mi!!"