Si bien Paraguay fue el equipo que pasó a los cuartos de final metiéndose por la ventana como uno de los dos "terceros" con solo dos puntos, producto de dos empates, mientras el otro fue Perú, pero con cuatro puntos obtenidos por un empate y un triunfo, sin olvidar que le endilgaron una goleada mayúscula de 5 a 0 por obra de Brasil, fue sin embargo la blanquirroja la que finalmente hizo la más brava, meterse a las semi finales antes que dos ganadores de la primera ronda, esto es Colombia y Uruguay, y un "segundo" que fue Venezuela.

Visto así, la verdadera hazaña resulta ser la peruana. Pero ese no es su único logro, si no que lo hizo cuando mereció perder por ser dominado por Uruguay, al que inclusive se le anularon tres goles por indicación del plenipotenciario SEÑOR BAR, aunque sin discusión alguna de la legalidad de las anulaciones.

En verdad, el único equipo que ha ganado su derecho a pasar a semi finales inmerecidamente, ha sido Perú, porque, a pesar de lo difícil que resultó la clasificación de todos y cada uno de los demás, tanto Brasil, como Argentina y Chile lo hicieron merecidamente.

Claro, dirán los hinchas, los resultados se consiguen, no se merecen. Pero la forma como se logra nos da pautas para intuir lo que nos espera. Y la verdad es que el partido con Chile es muy, pero muy difícil. Es que nuestra selección no es ni la sombra del equipo que clasificó para Rusia. Ese equipo estaba tan bueno, que Francia, el campeón del mundo, según palabras de sus mas renombrados jugadores, dice que ellos se sintieron que podían llegar a campeones después de su triunfo ante Perú. Eso indica bien a las claras los pergaminos que nuestra selección tenía, para llegar incluso a ser termómetro de equipos como la Francia campeón.

¿Puede recuperar Perú de buenas a primeras esa distinción? Es muy difícil y lo primero pasa por recuperar la confianza en si mismos y en su colectivo. Algo pasa, y son cosas que durante décadas siempre han pasado en nuestras selecciones. No se mantiene la regularidad necesaria para redondear faena. No es ni siquiera consuelo decir que lo mismo pasa con Colombia, que cuando se espera su consagración total y sostenida, cae porque le falta algo. Ese "algo" es algo que también nos falta a nosotros, y en general casi podríamos asegurar que es un mal endémico de los equipos del Pacífico con excepción de Chile, que guapeando y creyendo en si mismos, comete desde hace mucho la malacrianza de tratar de tú a tú a los equipos del Atlántico. 

Obviamente nunca trasciende el pensamiento real del Director Técnico, en este caso Ricardo Gareca, pero es casi seguro que las intermitencias de sus discípulos debe sacarle canas verdes por no poder entender su procedencia. Sin embargo, para su pesar ya debe sospechar hace tiempo que eso se origina en moldes y tropiezos del carácter, con lo cual es muy difícil de lidiar, porque te puedes pasar una vida intentando corregir esto, pero sin tener la capacidad para introducirte dentro del aspecto genético de tus pupilos, hasta la intención sería necia.

Y bien vale todo ese prolegómeno, solo para terminar diciendo que por el momento es un sueño tener a nuestro seleccionado disputando el título de Campeón de la Copa América Brasil 2019. Primero debemos cumplir con el sueño de eliminar a Chile en la semifinal que se avecina, y recién después sumergirnos en la vorágine embriagadora de gritar a todo pulmón las acciones de nuestros jugadores disputando la final frente a Brasil o Argentina.

Ojalá que eso se de, pero Perú jugando un juego de alta calidad y efectividad que no haga necesario que el VAR anule todos los goles que el equipo contrario pueda conseguir, aunque nosotros hayamos obtenido más de manera lícita. Lo único que no podemos recomendar es que nuestra afición no desborde sus sentimientos en apoyo de su selección favorita, la selección peruana. Si Perú consigue el título sin convencer, no importa, título es título y después veremos que cosa se ajusta.