Pero no nos conformemos con la comparación estricta entre estos dos tipos de congéneres. En el grupo de los políticos también debe incluirse a sus seguidores y adláteres, como jueces y fiscales, periodistas, comentaristas, encuestadores, barristas y ayayeros, etc. 

El hombre prehistórico bien pudo quedarse tranquilo con alguna de sus primeras conquistas, considerando que había alcanzado su zona de confort satisfactoria. Eso pudo haber sido desde la adopción de la vivienda en cuevas, o desde el invento primigenio de sus más rudimentarias herramientas de piedra, o con la colosal conquista del fuego para su manejo a voluntad. Si eso hubiera sido, es evidente que esta pequeña columna no estaría siendo escrita, y que probablemente este servidor viviría cómodamente en su cueva de Pachacamac o Chorrillos, manejando a lo mucho un centenar de vocablos muy concisos y elementales.

Con seguridad un gran salto en el progreso habría sido el invento del vocablo NO para reemplazar al antiguo mazazo en la cabeza. Tal vez el LUMBA MUMBA ya sería entendido como la solicitud al sexo opuesto de realizar un chiquitingo, un COMBO POMO seguramente significaría "pásame una pierna de avestruz", etc. Y no más, nada más...........y todos vivieron felices.

Bueno, eso pudo haber pasado si la generación de esos esforzados hombres prehistóricos hubiera sido reemplazada en su momento por la generación actual de nuestros políticos, estos que a todo le ponen un pero y que para todo dicen "no se puede", esos que no entienden que hasta la Constitución del Estado es sujeta de modificaciones porque responde a ciertos tiempos de determinadas épocas y no puede permanecer inmutable hasta que por arcaica se auto destruya por inservible e inaplicable.

Afortunadamente esas maravillosas generaciones del hombre prehistórico acompañado de su aún mejor mujer prehistórica, no respondían a los móviles y falta de entusiasmo por el cambio que muestra la inoperante, incompetente y desidiosa generación actual de nuestros políticos y sus cortesanos, porque si no, obvio, seguiríamos en la caverna.

Es una lástima que este clan de nuestra gente política que lidera a la nación no tenga ni una pizca del afán y la visión que tuvieron aquellos que iniciaron el gran camino que nos trajo a este punto de la historia, y amenacen con anclarnos en una sociedad indolente, falta de iniciativa, conformista y conservadora hasta por demás, ociosa y corrompidamente repantigada en su zona de confort.