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Las dos caras de una misma moneda

La corrupción siempre detrás de la lucha por el poder

Publicado: 2019-08-11

Ya no debe llamar la atención que las dos fuerzas que se disputan tradicionalmente el poder, en ocasiones se mimeticen en una sola intención, que es la de destruir a quien consideran su enemigo común. Eso está sucediendo en estos momentos, en que tanto los defensores de la economía capitalista a ultranza como los gestores de una repulsa popular  social contra el gobernante de turno, hayan coincidido en enfilar sus baterías a quien consideran el principal responsable del freno contra sus intenciones hegemónicas y contrarias, el presidente Martín Vizcarra.

El patrón general de este y todo enfrentamiento por tomar el timón del poder del estado, es como siempre la corrupción, aquella que ha avanzado tanto que va a ser muy difícil ajustarle el pescuezo. Obviamente esto parece interesarles un comino a los contendientes permanentes, al frente tienen un enemigo demasiado serio, a quien hay que dinamitar cueste lo que cueste, porque la razón de su eterna lucha es la defensa de sus intereses egoístas y contradictorios en apariencia, aunque en el fondo es lo mismo.

La explicación es muy sencilla, el enemigo común es cualquier miembro de la comunidad que enarbola la defensa de los intereses populares, sin importarle para nada cualquier baja inclinación o beneficio particular que le brinde ventajas que en otra posición no podría pretender ni alcanzar jamás. Una persona de pulcritud así en su comportamiento y en su honestidad, representa exactamente lo mismo, solo que al revés, que lo que significa la limpieza y transparencia moral para la gente del pueblo que solo admite honradez, entereza y dedicación a las causas justas, en sus líderes.

Visto así, la corrupción ataca el peligro en todos los frentes. Cómo sus mejores estrategias están en sus artimañas, siembra hasta los temas más pueriles y estúpidos en la ciudadanía, con la esperanza de que sean buen caldo de cultivo para sus fines asquerosos y delictivos. Y en los sectores que se considera son la columna vertebral de la economía del país, es decir, en los grandes intereses, encuentran el repiqueteo adecuado porque la corrupción tiene allí también un gran bolsón, prácticamente en los cuellos blancos de la sociedad que pretenden desmarcarse de los delincuentes y criminales. Aquí también entra a formar parte de la alianza el poder político de la nación.

Entonces resulta que el país, el pobre país, necesita con urgencia la presencia de un moderno Diógenes con su lámpara en busca del hombre honesto. Y para poder cumplir con su cometido necesita si o si la compañía de la Justicia, blandiendo en alto su espada y libre de la venda sobre sus ojos. Solo ese dúo, más efectivo que el Quijote con su escudero Sancho Panza, y que Sherlock Holmes con su gran amigo el Dr. Watson, puede resultar una barrera infranqueable para los corruptos que no se dan nunca por vencidos y que tampoco lo harán porque el delito es su condición de vida, y la negativa de ser una organización criminal su discurso y letanía.

¿Puede ser el hombre providencial Martín Vizcarra? De hecho para ser postor al encargo debe pasar por todas las pruebas ácidas habidas y por haber. Su máxima fortaleza consiste en haber depositado toda su confianza en el pueblo, el soberano, el dueño de la voz suprema en la tierra. Las jocosas acusaciones de incapaz que le hacen en las esferas corruptas rebotan contra ellas mismas, porque eso significa rotundamente que un incapaz los está haciendo mierda, con disculpas por la expresión. 

Pero no llama la atención la incoherencia de sus denuncias y sus denuestos correspondientes, porque la derecha bruta y achorada fue así bautizada justamente por ser eso, bruta y achorada, aunque más, mucho más por bruta que por achorada. Y otro motivo de regocijo es que trae allí montada de pavo a un montón de trepones que son patea latas y que viven de la caridad de los poderosos que les arrojan sus mendrugos de pan y ellos happy  porque no pueden aspirar a más, no tienen cómo.

¿Y cuales son las dos caras de la moneda? En el conflicto por Tía María lo estamos viendo. Son dos grupos aparentemente enfrentados pero coludidos conjuntamente contra Vizcarra. ¿Cómo se come eso? Es que unos van por meter la licencia a la prepo y otros por impedirlo a la prepo. Y ambos bandos esperan la intervención armada, unos para imponer la ley del más fuerte sin importar los derechos de los ciudadanos de la zona comprometida (¿No pueden ponerse ni un momento imaginariamente en el lugar de los afectados para pensar cómo reaccionarían ellos si fueran los locales?), y otros para llevar agua para sus molinos, pensando solo en el ascenso al poder para convertirse después en los nuevos burgueses de la región, porque siempre terminan así. Ni a los unos ni a los otros les importa las muertes que pueda traer una acción policial y militar. Ojalá que si se impone ese criterio, ellos no puedan escapar a la justicia que los lleve a la condena de prisión perpetua por ser los auspiciadores de tal situación, desdeñando la postura reflexiva y responsable del presidente.

Así estamos.


Escrito por

Julio Andre Checa

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Rigor y monerías

Análisis y comentarios con énfasis en temas políticos, culturales, deportivos y del día a día.