El ex-presidente Alberto Fujimori ha escrito una última carta pública que en verdad, e imparcialmente hablando, deja mucho que desear, porque antepone los intereses familiares a los nacionales y eso, en alguien que ha ocupado la primer magistratura de la nación y que a su vez mantiene y cobija el interés de una descendiente suya por aspirar al mismo alto cargo que ocupó su padre, resulta muy lamentable, por decir lo menos.

Y es que al reclamar el fundador del movimiento fujimorista que sus partidarios que no merezcan pertenecer a la familia fujimorista ya no tienen cabida en ese movimiento político, manifiesta una inclinación perfectamente coincidente con lo que es la yakuza japonesa que no es otra cosa que la mafia nipona, tal como se desprende de esta explicación de Wikipedia: Su organización se derivó de los códigos de los samuráis pero mucho más estructurados y fortalecidos; todo el clan se considera una familia donde se profesa la fidelidad absoluta a la banda, el ultranacionalismo, la obediencia al mayor rango y su estricto y brutal código de honor. Los novatos se adoctrinan a través del sistema senpai-kōhai, en el cual se especifican los procedimientos de castigo a la deslealtad, como por ejemplo la amputación de un dedo meñique para aquel miembro que cometa algún fallo grave o incurra en traición. Dicha amputación sirve aún en la actualidad para reconocer a los miembros retirados o disidentes. La amputación se realizaba principalmente en el dedo meñique de la mano izquierda, ya que es el dedo que aplica más fuerza a la hora de realizar un corte con la katana, al perder ese dedo no podrías ser mortífero en combate con katanas, te volvías inservible y acababas degradado o expulsado de la organización.

En un partido nacional tiene que primar el interés patrio. No es posible concebir que nuestros connacionales se muestren leales y serviles a una causa tan ajena, y que además no muestra intención de asimilarse a nuestras costumbres e idiosincrasia No hay como evitar comentar que el asesoramiento al ex-presidente está fuera de foco, porque esta era la gran oportunidad de mostrar una verdadera intención de reingeniería y adecuación a los cánones nacionales, incorporando plenamente a sus estatutos la vigencia por sobre todo de la nacionalidad peruana. En la carta no se hace la menor alusión a esto, sino solamente la lealtad al clan Fujimori. La soberbia en toda su vigencia.